miércoles, 23 de octubre de 2013

El trabajo en el bolsillo

(En esta entrada, el motor que mueve el mundo será la comunicación)


En la quinta edición de la conferencia “Comunicación corporativa 2.0”, celebrado en la Universidad Carlos III de Madrid, las aplicaciones móviles se convirtieron en el tema central de todas las ponencias. Y no es de extrañar. De acuerdo con el informe Spain Digital Future in Focus de ComScore, nuestro país es líder en el uso de smartphones, con un 66% de penetración. Y según Daniel Fernández, gerente de comunicación online de Llorente y Cuenca, utilizamos el móvil para acceder al correo y a las redes sociales casi tanto como el ordenador. 

No resulta extraño oír la expresión “la movilidad es el futuro”, porque al parecer lo es. Otro informe de ComScore, junto a Telefónica Alemania, reveló en enero del pasado año que el 8,8% de los usuarios de Smartphone tenía, además, una tableta. España se posicionaba así en el número uno del ranking europeo de la movilidad. 

La movilidad ha llamado a la puerta de centenares de usuarios, así como ha hecho su aparición en los departamentos de comunicación de grandes y medianas empresas. ¿Por qué y para qué? ¿Acaso no es más cómodo trabajar con un ordenador en la oficina? ¿No es más fácil ver vídeos corporativos en la pantalla de 15” de un PC?

En su ponencia, Daniel Fernández nos lo explica. De acuerdo con el gerente de comunicación online, “existe una tendencia a que la gente utilice más el móvil que el ordenador. Si los móviles nos ofrecen aplicaciones fáciles de usar, te da una interacción más rápida que el ordenador”. Con una aplicación móvil de la Intranet de una empresa, los trabajadores pueden acceder, en cualquier momento y en cualquier lugar, a los conocimientos generados por la entidad, las propuestas de otros empleados o los mensajes lanzados desde la alta dirección. 

Toma como ejemplo el proyecto construido para la empresa Gestamp Renewables: Leading the Chance. Un proyecto lanzado para facilitar la comunicación entre la empresa y los empleados. Para poner en contacto a los empleados de España, Brasil o China y juntos, proponer y llevar a cabo nuevas ideas o compartir conocimiento. Un proyecto para promover la conversación y generar un sentimiento de pertenencia. “Es poco comprensible que yo desde mi casa pueda tener conocimiento de todos mis amigos, independientemente de donde se encuentren y la hora, y no lo tenga en el profesional”.

Llorente y Cuenca puso a disposición de los trabajadores de Gestamp Renewables, herramientas 2.0 – construcción de Wikipedia, creación de una red social corporativa, uso de chats, videoconferencias, blogs o microblogging-. El proyecto triunfó, tuvo una muy favorable obtención de retorno, pero aún quedaba un 60% de empleados sin acceso a la Intranet de la empresa. 

¿Qué se hizo? Se construyó una aplicación para móviles y tabletas con “la información que más se necesitaba tener en el bolsillo” –cuenta Sergio González, del departamento de comunicación de Gestamp Renewables-. Los trabajadores emplean la aplicación para ver la disposición de sus compañeros y la forma en la que pueden contactar con ellos. “Llevamos 1.300 descargas, 20.000 veces con sesiones abiertas y 70 usuarios activos al día, además de dos minutos de tiempo medio de uso”. 

Con todo, cabe recordar que el uso de las herramientas 2.0 no implica necesariamente la participación y la generación de pertenencia a la empresa de los empleados. Para que se de una buena comunicación interna, tener un buen ambiente de trabajo es fundamental. De nada sirve tener una aplicación en el móvil que indique qué compañeros están conectados, si entre ellos no se quieren hablar. 

Si deseas ver la conferencia sobre las aplicaciones móviles en la comunicación corporativa 2.0, visita la exposición de fotos en el siguiente enlace: 

martes, 15 de octubre de 2013

Limpiezas en el campo francés

  • Los robos en las explotaciones agrícolas preocupan al sector
  • Entre las regiones más afectadas, se encuentran Borgoña, Lemosín y Lorena


Cuando en España nos preocupamos por los intermitentes robos de cable de cobre, en el país vecino, quedarse sin cosecha les trae de cabeza. Y es que, desde que comenzó el año, los agricultores franceses han tenido que hacer frente a cerca de 7.800 robos agrícolas, de acuerdo con el diario Le Figaro .

Según cuenta el mismo periódico francés, ladrones de patatas, uva o cereal han limpiado los campos de las regiones de Bordelais (suroeste), Vaucluse (sur) y Meuse (norte). Y no hablamos de pequeñas cantidades. Los agricultores víctimas de estos pillajes se encuentran con sus parcelas completamente desnudas. Asimismo, los delincuentes se apropian de las herramientas, un robo muy común en Vosgues (Lorena).

¿Quiénes son los responsables? Bandas organizadas que venden la mercancía en el extranjero y que provocan pérdidas importantes. Así, en Piolenc (Vaucluse), se han sustraído dos toneladas de ajo, el cual se vende a 8€ el kilo en el mercado. “Estos robos y deterioros representan un coste importante para los agricultores”, ha señalado la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA).

De acuerdo con el director de la policía judicial de la Gendarmería, Simon-Pierre Baradel, los robos en las explotaciones agrícolas han ido aumentando desde hace dos o tres años y advierte que cualquier cosa puede ser sustraída. “Absolutamente todo puede ser robado, incluso los metales de los sistemas de irrigación, que son reciclados”. La policía sospecha que estas bandas pueden proceder del Este e incluso, del continente africano. 

En el siguiente vídeo, la cadena de televisión francesa BMFTV, informa acerca de los robos de materiales agrícolas. Entre los objetos sustraídos, destacan la desaparición de tractores. 



domingo, 6 de octubre de 2013

Cuando Papá Estado tiene un hijo predilecto

Si hubiera que darle un nombre a la última etapa política de España, ésta se llamaría, sin duda, austeridad. Los recortes en sanidad y educación o la subida de impuestos han constituido algunas de las medidas que el gobierno ha ejecutado en nombre de ésta.

Pero de pronto, el discurso político ha cambiado. El ejecutivo español ha presentado los presupuestos de 2014 como los de la “recuperación”. Las pensiones, el desempleo y el pago de los intereses de la deuda pública se han comido más de la mitad del pastel (un 54,6% del total de los gastos de los PGE). El gobierno saca pecho al anunciar que las becas han aumentado –una vez aprobada la polémica reforma educativa-, y presume de haber incrementado la cuantía de las subvenciones para todos los ministerios.

Como todos los presupuestos anteriormente aprobados, ‘los presupuestos de la recuperación’ han traído polémica. Uno de los puntos más discutibles ha sido el aumento en la financiación de las inversiones militares frente a las civiles. Ambas cuantías han subido, sí, pero una más que otra. En el próximo año, el gobierno destinará un 39,4% más de dinero al I+D militar, mientras que los avances científicos se verán sólo con un 1,3% más de financiación.

¿Por qué esta diferencia? La comunidad científica española encuentra como única explicación la falta de voluntad pública que hay hacia el desarrollo de investigaciones. Según José Molero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, “el ministro de economía o la vicepresidenta del gobierno no han recibido al colectivo Carta por la Ciencia, que pedía un incremento de 636 millones para I+D+i”.

De acuerdo con los datos del Banco Mundial, entre 2008 y 2012, España destinó un 0,9% de su PIB al gasto militar. Un dato que refleja una tendencia a la baja y que sitúa a nuestro país lejos de la lista de los 170 países que más dinero aportan. Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa señala en su página web que la investigación militar desarrolla proyectos para la protección ante riesgos nucleares, biológicos y químicos, electrónica, optrónica, láser o mecánica de precisión. Del mismo modo, destaca que el I+D militar es muy diferente al I+D civil, y justifica su actividad por “su orientación a obtener sistemas de armas, a las exigencias derivadas de la creciente cooperación internacional (europea y OTAN) o al hecho de que la defensa nacional sea competencia exclusiva del Estado”.

El dinero que el Estado destina a las investigaciones civiles se divide en dos categorías: las financieras –préstamos- y las no financieras –subvenciones-. La Confederación  de Sociedades Científicas de España (COSCE) denuncia que los préstamos son superiores a las subvenciones y advierte de que se sigue sin ejecutar casi la mitad del presupuesto. “Éste sigue siendo uno de los dramas, ya que en 2012 casi la mitad no llegó a ejecutarse”. Los programas de astronomía y astrofísica y el de desarrollo tecnológico e industrial son aquellos en los que más ha descendido las cuantías.

Según la OCDE, en 2011, España destinó un 1,33% de su PIB a I+D. Un porcentaje que se aleja al correspondiente de otros países, como Finlandia (3,68%), Alemania (2,84%), Suecia (3,37%) o Eslovenia (2,47%).

Sea cual sea la razón de la desigual balanza, está claro que las investigaciones civiles juegan un papel muy importante en el desarrollo de un país. Proyectos que se paralizan e investigadores que huyen forman parte de la realidad de la ciencia española. Una realidad que no contribuye a avivar a aquello que se denomina “La Marca España”.